Maneki-neko, conocido en Japón como “gato de la suerte” o “gato de la fortuna”, es una popular escultura japonesa realizada generalmente en cerámica o porcelana que representa a un gato con collar de cascabel, con una pata levantada como llamamiento, atrayendo la atención del visitante, se dice que trae buena suerte a aquellos que frecuentan su presencia. Estas figuras se colocan en la entrada de tiendas, restaurantes y comercios; no sólo japoneses, también es una costumbre china. El gato levanta su pata izquierda o derecha invitando a la gente a entrar en los establecimientos y junto a la pata derecha porta una moneda antigua japonesa llamada koban. Maneki procede del verbo maneku que en japonés significa “invitar a pasar” o “saludar”. Neko significa “gato”. Juntos literalmente denotan “gato que invita a entrar”. Según la tradición japonesa el mensaje que transmite el gato con el movimiento de su pata, por comprensión del plano simbólico, es el siguiente: “Entra, por favor. Eres bienvenido”.
Los relatos que donan sentido a través del símbolo, explicando la procedencia de Maneki Neko,
se refieren a la buena fortuna de encontrarse con un gato que llama a
un viajero evitando un percance grave, al origen de la representación
mimética por contraste de instrumentalización útil para el ser humano
entre dos animales y a la prosperidad económica que da la figura gatuna a
aquellos que la poseen. El primer relato narra el encuentro entre un
sacerdote y un daimyō antes de la modernización de Japón. Durante el
siglo XVII, en la era Edo (1603-1867), existía en Tokio un templo que
había conocido días mejores y que tenía serios problemas económicos y
estaba semi-destruido. El sacerdote del templo era muy pobre, pero aún
así, compartía la escasa comida que tenía con su gata, Tama. Un día, un
señor feudal, un hombre de gran fortuna e importancia llamado Naotaka II
fue sorprendido por una tormenta mientras cazaba y se refugió bajo un
gran árbol que se encontraba cerca del templo. Mientras esperaba a que
amainara la tormenta, el hombre vio que una gata de color blanco, negro y
marrón, le hacía señas para que se acercara a la puerta del templo. Tal
fue su asombro que dejó el refugio que le ofrecía el árbol y se acercó
para ver de cerca a tan singular gata. En ese momento, un rayo cayó
sobre el árbol que le había dado cobijo. Interpretando que la gata le
había salvado, el señor feudal se hizo amigo del pobre sacerdote,
financió las reparaciones del templo y éste prosperó, con lo que el
sacerdote y su gata nunca volvieron a pasar hambre. Tras su muerte, Tama
recibió un solemne y cariñoso entierro en el cementerio para gatos del
Templo Goutokuji, y se creó el Maneki Neko en su honor.
Se dice que un Maneki Neko en el lugar de trabajo, el hogar o incluso
una página web atrae la buena suerte y los visitantes.
El segundo relato narra la pérdida sin sentido del gato de una
cortesana llamada Usugumo, que vivía en Yoshiwara, al este de Tokio.
Tenía un gato al cual amaba y criaba con mucho cariño, hasta que una
noche, el gato empezó a jugar con su kimono y se lo fue llevando a
rastras. El gato seguía con su juego aún con las protestas y llamadas de
atención de Usugumo. El propietario del burdel, al ver aparecer al gato
con el kimono, y pensando que el animal estaba embrujado, le cortó la
cabeza. Ésta salió volando hasta el techo, donde sin pretenderlo mató
una serpiente, supuestamente hostil para la vida de los presentes
aquella noche. Usugumo quedó sumida en el dolor por la muerte de su
mascota. Para mantenerla en la memoria colectiva, uno de sus clientes le
hizo un retrato en madera de su gato, y se lo dio como regalo, esta
imagen del gato pasó a ser conocida como Maneki Neko.
El
tercer relato cuenta la decisión de urgencia económica que tomó una
señora mayor que vivía en Imado, otra localidad al este de Tokio: se vio
forzada a vender su gato debido a la extrema pobreza en la que vivía.
Poco tiempo después, el gato se le apareció en un sueño, y le dijo que
hiciera su imagen en arcilla. Interpretando este fenómeno psicológico
simbolicamente, la añoranza por su animal doméstico, la anciana se
encargó de crear la estatua tal y como le indicó su amado gato, y no
tardó en vender una primera representación. Se dedicó a hacer más
estatuas, viendo que gustaban a la gente y las compraban encantados. Las
figuras gatunas se volvieron muy populares entre las familias
japonesas, estando presentes en comercios, restaurantes, locales de
bebidas y viviendas, llevando a que la mujer se hiciese próspera y rica
con las figuras de Maneki Neko.
- Dependiendo la pata que el Maneki-neko levante tiene distintos significados:
Si saluda con la pata derecha: se dice que trae prosperidad económica.
Si saluda con la pata izquierda, atrae visitas, también se cree que cuanto más alto levante la pata, los atrae desde mayores distancias llamando su atención para acercarse, como Tama en el primer relato.
Si saluda con ambas patas, protege al hogar o al establecimiento comercial.
Si saluda con la pata izquierda, atrae visitas, también se cree que cuanto más alto levante la pata, los atrae desde mayores distancias llamando su atención para acercarse, como Tama en el primer relato.
Si saluda con ambas patas, protege al hogar o al establecimiento comercial.
- Dependiendo de su color también tiene distintos significados:
Tricolor (blanco, negro y naranja): Tradicionalmente es el gato que
más suerte da, y se dice que trae fortuna a los viajeros. Como
curiosidad, ese tipo de conjunto tricolor se llama Calicó.
Verde: Atrae salud y seguridad en el hogar y buenos resultados en los estudios.
Blanco: Pureza, cosas buenas por venir.
Plata o dorado: Suerte en los negocios.
Azul: Cumplir los sueños, las metas personales y de bien común.
Rojo: Éxito en el amor y/o ahuyenta las desgracias.
Amarillo: Economía.
Negro: Evitar la mala suerte y aumentar la felicidad.
Rosa: Elegir a la persona adecuada con quien contraer matrimonio.
Violeta: Sirve para los estudiantes y recién graduados.
Verde: Atrae salud y seguridad en el hogar y buenos resultados en los estudios.
Blanco: Pureza, cosas buenas por venir.
Plata o dorado: Suerte en los negocios.
Azul: Cumplir los sueños, las metas personales y de bien común.
Rojo: Éxito en el amor y/o ahuyenta las desgracias.
Amarillo: Economía.
Negro: Evitar la mala suerte y aumentar la felicidad.
Rosa: Elegir a la persona adecuada con quien contraer matrimonio.
Violeta: Sirve para los estudiantes y recién graduados.
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